domingo, 27 de octubre de 2013

ANA, UNA HERÍNA ANÓNIMA


Hace tiempo que no escribo en este blog, pero hoy siento la necesidad de hacerlo para contar la historia de una heroína anónima que se llama Ana.

La recogida de firmas de ayer en la calle, el contacto con los ciudadanos, para mí siempre supone una experiencia única. Pero ayer fue un poco más especial, me sucedió algo que llevo dándole vueltas desde ayer  y quiero compartirla con todos ustedes porque se trata de una heroína de las tantas que la crisis nos ha traído y viven en el anonimato intentando pasar el día a día sin que nadie se entere y mucho menos le preocupe a los políticos que gobiernan en la actualidad.

Cuando me acerqué a unas personas que habían sentadas en los bancos de la Plaza el Palillero, para pedirles la firma, un matrimonio me firmó solícito, aunque con un poco de escepticismo de que sirviera para algo. Entonces, una señora que estaba en el siguiente banco me miró y me dijo: yo no puedo porque no sé escribir. Me senté junto a ella y le dije que si quería firmar yo le rellenaba los datos y ella firmaba. Se sintió aliviada y me dio su nombre, cuando le pregunté  por el número de DNI, ni lo tenía, ni se lo sabía. La vi tan apurada, que le dije que daba igual que si ella quería firmar que firmara, tras tomarse su tiempo intentando poner su nombre en el recuadro destinado a ello, cuando terminó se sentía feliz de haber realizado su pequeña contribución para el cambio de una situación, que para ella se había convertido en insostenible.

Fue entonces cuando comenzó a contarme su historia, madre de siete hijos y con quince nietos, con la mayoría de la familia en paro, ella hacía de su sueldo magia potax para llegar a fin de mes, ni la más experta contable le podría igualar para dar de comer a tanta gente. Me contó que su propia hija le decía que cómo lo hacía. Mira, me dijo, yo tengo cinco euros diario para ayudarles, con un euro compro dos litros de leches en el supermercado que está de oferta, luego con otro euro compro tres barras de pan y con los otros tres cada día lo dedico a algo distinto, un día compro carne picada para que mis nietos coman "almondigas", en fin así vamos tirando.

Me enterneció tanto que le di un abrazo y las gracias por su firma, a pesar de saber que no me servía, pues le faltaban los datos, pero le dejé el folleto de la ILP, como había hecho con el matrimonio anterior,  le dio cuatro dobleces y mientras se lo metía en el bolsillo me decía: esto se lo doy a mis hijos y mis nietos para que lo lean y me lo lean.

Puedo asegurar que me fui con un nudo en la garganta, mientras pensaba que ésta son las verdaderas heroínas que la crisis está creando. Ejemplo vivo de que UPyD y todos los que estamos en este proyecto tenemos mucho trabajo, por personas como ella merece la pena estar en la calle pidiendo firmas, en lugar de paseando o en la terraza de un bar tomándote unas cervezas. Porque entre todos podemos cambiar o por lo menos mejorar estas situaciones, sobre todo en esta ciudad donde los ciudadanos han sido víctima de la eterna rivalidad PP y PSOE, convirtiéndola en capital del paro nacional.

Me siento orgullosa y feliz por todos los compañeros de Partido que ayer estuvieron en la calle desinteresadamente por dar un paso adelante.  AHÍ ESTAMOS Y AHÍ SEGUIREMOS, por personas como Ana.